Desmontemos simplezas: España será como sea, pero en todo el país no duerme la siesta ni el 15 por ciento de sus ciudadanos. Un amable -a pesar de todo- artículo de The New York Times reduce las características básicas de nuestro país a un pintoresco lugar en el que se cena a las diez de la noche y en el que se duerme por la tarde una corta cabezada en el brazo de un sofá. No es para tanto. Entre semana duermen la siesta los jubilados, que para eso se lo han ganado, pero muy pocos asalariados. Otra cosa puede ser el fin de semana, tiempo en el que echar un sueño no debería penarse con la desconsideración con la que lo hace el titular del New York Times: acabar de comer un sábado y dejarse caer en cualquiera de las versiones de la siesta viene siendo una sana costumbre de la que no es propietaria España, sino que se pone en práctica en muchos lugares, haga en ellos calor o no. La siesta es una leyenda, una antigüedad del tiempo aquel en el que todo era lento y un pelín rural. Dormir la siesta de pijama y orinal no está al alcance de una cajera de supermercado, de una abogada laboralista o de un ejecutivo de Bolsa. Dejémonos de daguerrotipos envejecidos.
· 830 millones de mujeres en el mundo no tienen una cobertura adecuada de maternidad
Sólo el 55% de las mujeres españolas vuelve a su horario laboral después de la maternidad, mientras el 100% de los padres recupera su trabajo en las mismas condiciones, según el último informe al respecto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que recoge la existencia de "presiones" en España a las embarazadas para inducirlas a renunciar.
Una exposición en Bruselas muestra por primera vez en público esta obra, que apareció hace dos años en manos de un coleccionista francés y arroja luz sobre la última etapa del pintor.
El autor: Francisco de Zurbarán (Fuente de Cantos, 1598 - Madrid, 1664).
De lo más alto a morir en la pobreza
Zurbarán era hijo de un acomodado comerciante de origen vasco y en su familia no había ningún antecedente artístico. A los 15 años se trasladó a Sevilla, donde fue discípulo de Pedro Díaz de Villanueva. El apogeo de su carrera fue en torno a 1634, cuando es invitado por la Corte para decorar el Salón Grande del nuevo palacio del Buen Retiro. Su declive se inició en la década de 1650, cuando comenzó a dejar de recibir encargos presuntamente por la competencia de Murillo. Murió en Madrid, a los 66 años, sumido en la pobreza.
Ahora que se aproxima el Mundial de Fútbol y muchos que viajan a Brasil quieren aprender portugués para estar a tono con el evento, hay que tener presente que algunas palabras, aunque suenen parecido en español, no significan lo mismo.
Varios profesores de idiomas consultados por la BBC señalaron que debido a la proximidad de la gesta deportiva, muchas personas en Colombia, Chile, Argentina y Uruguay están tomando cursos para aprender el idioma, o aunque sea, algunas palabras para poder hacerse entender mientras están en suelo brasileño.
· Obedece a la preocupación social porque la comunicación sea más eficaz, explican los especialistas durante la presentación de «Lo pienso bien, lo digo mal» y «El buen uso del español» en Chile
El director de la Academia Chilena de la Lengua, Alfredo Matus Olivier, ha explicado hoy que el correcto uso de la lengua es importante tanto para el hombre común y corriente como para el hombre culto.
«Hablar bien responde a una necesidad real, a una preocupación social cada vez más imperiosa de que nuestra comunicación se logre de un modo más eficaz y acorde con el desarrollo de nuestra sociedad», ha manifestado.