El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, cerró hoy su visita a Nueva York presidiendo la inauguración de una exposición en el Instituto Cervantes sobre Jorge Luis Borges, cuyo legado aseguró que revolucionó la literatura en español.
Rajoy, quien presidió hoy una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, fue el encargado de inaugurar la exposición "El universo visual de Jorge Luis Borges", que reúne 25 obras de seis artistas argentinos sobre la relación que mantuvo el escritor con las artes visuales.
Acompañado por su esposa, Elvira Fernández, y en un acto en el que intervino también la viuda de Borges, la escritora y traductora María Kodama, Rajoy explicó que la exposición inaugurada hoy es un acercamiento artístico a la obra literaria de uno de los grandes nombres del siglo XX.
Una personalidad que recordó que, según Mario Vargas Llosa, fue "el único escritor contemporáneo equivalente a los grandes clásicos como Quevedo, Góngora o Cervantes"
Tras años dedicada a las exposiciones temporales, la Fundación Mapfre ha creado en Madrid un espacio permanente dedicado a Joan Miró. La colección está compuesta por 65 obras del pintor procedentes de diferentes propietarios y cedidas de forma temporal. Además, cuenta también con cuatro esculturas y un óleo de Alexander Calder (obsequios de éste al propio Miró), con el que el pintor mantuvo una gran amistad y una especial proximidad artística.Aunque en su mayoría se trata de obras de las últimas décadas, se pueden encontrar pinturas de diferentes períodos, en las que Miró refleja continuamente los mismos temas, reinventándolos y dándoles una nueva vitalidad.
El recorrido por la colección se divide en cinco secciones. La primera de ellas, 'Miró/Calder', presenta la mutua admiración artística y la relación de amistad entre ambos artistas, que compartirán el mismo interés por la depuración formal de los motivos, así como por la abstracción, el circo o el ballet, entre otros. Como ejemplo de esta relación destaca el 'Retrato de Joan Miró', realizado en alambre de acero por Alexander Calder. Este conjunto de obras expuestas son regalos con los que el propio Calder obsequió a Miró.
Cartulario de Valpuesta
Bajo una helada del demonio y la mirada escrutadora del arcediano, el pobre monje, temeroso de Dios y de que le tiemble el pulso, copia lentamente en su scriptorium la relación de bienes que generosos donantes han regalado al monasterio. Traza con una pluma de ave mojada en hollín desleído en agua:
“Kaballos”. Donde tenía que poner, o donde hasta entonces ponía, “Caballum”.
Luego escribe: “Molino”. No “Mulinum”. Y “Calçada”, y no “Calciata”. “Pozal”, en lugar de “puteale”. “Iermanis” en vez de “frater”.
En su escritorio y en el de otros monjes, el latín vulgar deja de serlo para convertirse en lengua romance y, más allá de eso, en chispazo de lo que mil años más tarde llamaremos “el español”. Un latín torpe y corrompido por el habla que empieza a desplegarse en los campos y en los mercados, en las iglesias y en los burdeles, abre paso a un idioma nuevo.
Pongamos que hace de esto 1.200 años. Estamos en el arcedianato de Santa María de Valpuesta, en lo que hoy es el nordeste de la provincia de Burgos, a 20 kilómetros de Miranda de Ebro y 45 de Vitoria. Allí, en un lugar que hace más de un milenio fue cabeza de diócesis y hoy alberga una aldea minúscula en el valle burgalés-alavés de Valdegovía, los curas escribas lo anotan todo en unas finas vitelas (piel de ternera o cordero nonato): son las cosas relacionadas con la agricultura, la ganadería, los ropajes, los alimentos, las relaciones sociales, los accidentes geográficos… Son los llamados Cartularios de Valpuesta, también conocidos como Becerros de Valpuesta: según algunos de los mayores expertos en la historia del idioma, las primeras dataciones de voces y grafías en español, anteriores incluso a las Glosas Emilianenses y Silenses.
La palabra dramático significa en español que algo tiene caracteres de drama o que es capaz de interesar y conmover vivamente, no que es drástico, espectacular, intenso, radical...
Sin embargo, en los medios de comunicación es frecuente encontrar frases como «Se ha registrado una dramática bajada de los tipos de interés», «Las claves que pueden cambiar dramáticamente tu éxito en las redes sociales» o «Titán experimenta dramáticos cambios estacionales».
En esos casos se están empleando el adjetivo dramático y el adverbio dramáticamente para indicar que algo es drástico o espectacular, valores que tienen en inglés las voces dramatic y dramatically, pero de los que carecen los términos españoles, como señala el Diccionario panhispánico de dudas.
Los restos de un templo de culto al emperador Augusto, que se escondían bajo las naves de la catedral de Tarragona, han sido recuperados. Se trata de la planta semicircular de una exedra romana, datada del siglo I d.C. El hallazgo se detectó hace un año, a raíz unas intervenciones arqueológicas en las antiguas dependencias del Museo Diocesano, en el ángulo noroccidental del claustro.
Ahora el espacio se ha excavado y museizado para hacerlo visitable al público. Sin llegar a los 100 metros cuadrados de superficie, y con una puerta monumental de 7 metros de luz, la capilla, que tuvo varios usos a lo largo de los siglos -y también muchos de abandono, permite al visitante hacer un recorrido por la historia de Tarragona desde el siglo I al XX. Con un presupuesto de intervención de 14.000 euros, la estancia, que este jueves ha quedado inaugurada, acogerá el sábado una jornada de puertas abiertas.