El jurado destaca el “heroico espíritu de sacrificio” de quienes han asumido “graves riesgos y costes personales”
La “entrega incondicional” y el “heroico espíritu de sacrificio” mostrado por los profesionales sanitarios españoles que se han enfrentado desde la primera línea a la pandemia mundial de la covid-19 han sido reconocidos este miércoles con el premio Princesa de Asturias de la Concordia. El galardón se dirige a los profesionales de la medicina, la enfermería, los auxiliares y el resto del personal sanitario que han atendido directamente a los pacientes contagiados y han realizado su labor desde que comenzó una emergencia sanitaria que se ha cobrado la vida de más de 27.000 personas, según el Ministerio de Sanidad. “Expuestos a una alta y agresiva carga viral, su entrega incondicional, haciendo frente a largas jornadas de trabajo sin contar, en ocasiones, con el equipamiento y los medios materiales adecuados, según quejas de organizaciones profesionales y sindicales del sector, representa un ejercicio de vocación de servicio y de ejemplaridad ciudadana”, destaca el jurado.
“Con un espíritu de sacrificio personal sobresaliente en favor de la salud pública y del bienestar del conjunto de la sociedad, se han convertido ya en un símbolo de la lucha contra la mayor pandemia global que ha asolado a la humanidad en el último siglo”, argumenta el jurado. El de la concordia es el primero de los Princesa de Asturias que se han dado a conocer este año, y se ha fallado tras las deliberaciones de un jurado que se ha reunido por primera vez en la historia de estos galardones de forma telemática. El reconocimiento, cuyo jurado está integrado por miembros de los Patronatos de la Fundación, está dirigido a distinguir “la labor de defensa y generalización de los derechos humanos, del fomento y protección de la paz, de la libertad, de la solidaridad, del patrimonio mundial y, en general, del progreso de la humanidad”. El pasado año recayó en la ciudad polaca de Gdansk, convertida en símbolo de la resistencia contra el nazismo y de la lucha por la recuperación de las libertades en Europa.
El jurado reconoce tanto el trabajo de los centros de atención primaria como de los grandes complejos hospitalarios, tanto públicos como privados: “Este amplio grupo se ha colocado en la vanguardia de un combate en el que están implicadas, de forma intensa, otras organizaciones, empresas y, de una manera también especial, el Ejército y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”, resalta el jurado. La ceremonia de entrega de los premios Princesa de Asturias tiene lugar tradicionalmente en el mes de octubre en el teatro Campoamor de Oviedo, en un solemne acto presidido por los reyes Felipe y Letizia. Cada premio Princesa de Asturias está dotado con una reproducción de una escultura de Joan Miró -símbolo representativo del galardón-, un diploma acreditativo, una insignia y la cantidad en metálico de 50.000 euros.
(Texto extraído de la página web: elpais.com/sociedad )
El hijo de Cristóbal Colón reunió en Sevilla la mayor colección privada de libros del siglo XVI. Su pionera forma de organizarla supuso una revolución conceptual
Sala de la Biblioteca Colombina de Sevilla LUIS SERRANO / CABILDO CATEDRAL DE SEVILLA
Hernando Colón (1488-1539), hijo ilegítimo y biógrafo del almirante, no era ni mucho menos un desconocido para los estudiosos españoles, pero su existencia para el gran público tendrá mucho que agradecer a esta obra de un investigador británico.
Dotado de una vida novelesca (ya cuando tenía 13 años acompañó a Cristóbal Colón en su cuarto viaje), parte de su notoriedad proviene de su actividad recopilatoria y clasificatoria de libros y grabados. A lo largo de su vida, y en viajes por toda Europa, Hernando compró todo tipo de obras; libros, pero también opúsculos y hojas volanderas: baladas, historias eróticas y pronósticos astrológicos: todo el abigarrado conjunto que una imprenta joven vomitaba sin cesar. Unas 15.000 piezas llegó a atesorar esta biblioteca: la mayor privada en la Europa del XVI. Hernando Colón invirtió parte del legado de su padre, donaciones de Carlos V — de quien fue consejero— y esfuerzos sin fin para acrecentar el número de sus obras.
La organización de sus libros supuso toda una revolución conceptual. Hernando fue anotando dónde compraba cada obra, en qué fecha y cuánto le había costado. Hizo listas alfabéticas por el nombre del autor. Creó símbolos (biblioglifos) que resumían la descripción bibliográfica: tamaño, extensión, género, lengua original o traducción… Así, un círculo con una cruz y un triángulo unido a un cuadrado indicaban un libro en cuarto, en latín, con poemas introductorios, en una columna y sin índices.
Por último, encargó a sus ayudantes la redacción de resúmenes de sus libros, incluyendo juicios sobre el estilo: farragoso, elegante… Unos eran breves, de un párrafo; otros, como las obras de Platón, llegaron a ocupar 30 páginas. El conjunto, Libro de los epítomes, llegó a alcanzar 16 tomos de unas 2.000 páginas. También organizó un sistema de “claves” (el Libro de las materias) que permitía acceder a las obras que trataban un determinado tema. El último instrumento que creó fue la Tabla de autores y ciencias, organizada en 10.000 trozos de papel (hoy diríamos “fichas”) según las categorías medievales del trivium y el quadrivium, más medicina, teología y derecho, con todas sus subdivisiones. Cada ficha tenía título, autor, tema, el biblioglifo y detalles de la publicación. De esta manera, una persona podría abrirse camino en el conjunto de una biblioteca prácticamente universal (puesto que incorporó textos árabes y hebreos) hasta dar con el libro que necesitara, aunque no conociera previamente su existencia. Además, los resúmenes permitían acceder parcialmente al contenido sin consultar la obra.
(Texto extraído de la página web: elpais.com/cultura)
Los académicos de la Academia Argentina de Letras han acordado reconocer a la poeta, ensayista y lingüista Ivonne Bordelois como «Personalidad sobresaliente de las Letras», distinción anual creada el año pasado.
Con este reconocimiento la Academia procura destacar y homenajear a escritores, investigadores y estudiosos que hayan cumplido una destacada labor en el campo de sus respectivas actividades. El año pasado, en la primera entrega, la galardonada fue Graciela Maturo.
Ivonne Bordelois recibirá la distinción en un acto público el año que viene durante la próxima edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, en fecha a confirmar. En ese encuentro se entregará también la otra distinción anual de la Academia: el Premio Literario, que este año, correspondiente al género Poesía, obtuvieron Inés Aráoz, de Tucumán, y Juan Carlos Moisés, de Chubut.
IVONNE BORDELOIS
Ivonne Bordelois (J.B. Alberdi, 1934) es ensayista y poeta. Graduada en la UBA, prosiguió su carrera académica como lingüista en Francia, Estados Unidos —donde se doctoró con Noam Chomsky en el MIT— y en Holanda, como catedrática en la Universidad de Utrecht. Ausente por treinta años del país, regresó a Buenos Aires en 1994, fecha en que se vuelve hacia la literatura y comienza a publicar, además de libros, artículos y reseñas literarias en diversos medios.
Entre otras distinciones, ha recibido la Beca Guggenheim, el premio Konex 2004 en la categoría ensayo crítico, y el segundo premio Municipal por su ensayo Un triángulo crucial: Borges, Lugones y Güiraldes (1999). Otros libros suyos son El Alegre Apocalipsis (poemas, 1995); Correspondencia Pizarnik (Buenos Aires, Planeta: 1998, Random House, 2014); La palabra amenazada (Buenos Aires, Libros del Zorzal: 2003); El país que nos habla (Sudamericana: 2005), que mereció el Premio Ensayo de Sudamericana y La Nación; Etimología de las Pasiones (Libros del Zorzal: 2007), traducido al portugués y al italiano; A la escucha del cuerpo (Libros del Zorzal: 2009); y Del silencio como porvenir (Libros del Zorzal: 2010). La Editorial Eme, de Madrid, publicó en 2015 Preguntas al Lenguaje. En abril de 2018 apareció, en Libros del Zorzal y Edhasa, su ensayo autobiográfico Noticias de lo Indecible.
(Información extraída de la página web: https://www.asale.org/noticias)
Como parte de la sesión de clausura del XVI Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), la Real Academia Española, respaldada por la ASALE, ha presentado su proyecto Lengua Española e Inteligencia Artificial (LEIA), que tiene por objeto la defensa, proyección y buen uso de la lengua española en el universo digital y, especialmente, en el ámbito de la inteligencia artificial y las tecnologías actuales.
En el acto, presidido por sus majestades los reyes de España, el director de la RAE y presidente de la ASALE, Santiago Muñoz Machado, ha explicado las líneas principales del proyecto LEIA, liderado por la Academia, y ha recordado que son dos los grandes objetivos que se han fijado: por un lado, velar por el buen uso de la lengua española en las máquinas y, por el otro, aprovechar la inteligencia artificial para crear herramientas que fomenten el uso correcto del español en los seres humanos. La intervención de Santiago Muñoz Machado ha estado acompañada de la proyección de un vídeo «épico» en el que se ha hecho un recorrido por la historia del español, desde sus inicios, pasando por la época de Cervantes —cuyas Obras completas, en una nueva edición académica, se han presentado anteriormente en este mismo acto—, hasta el presente.
Muñoz Machado ha señalado, además, que el proyecto LEIA, impulsado inicialmente junto con Telefónica, contará también con la colaboración de otras importantes empresas tecnológicas: Google, Amazon, Microsoft, Twitter y Facebook. Estas empresas han tenido la oportunidad de mostrar en un vídeo conjunto algunas de las herramientas que ya existen o que existirán muy pronto como producto de la interacción de la lengua y de los recursos que la RAE ofrece con la inteligencia artificial. Asimismo, los socios tecnológicos han hecho oficial su colaboración en el proyecto por medio de la firma de un acuerdo en el que se comprometen a utilizar los materiales de la RAE como sus diccionarios, gramática u ortografía en el desarrollo de sus asistentes de voz, procesadores de texto, buscadores, chatbots, sistemas de mensajería instantánea, redes sociales y cualquier otro recurso, así como a seguir los criterios sobre buen uso del español aprobados por la Real Academia Española. También se han comprometido a facilitar que el español esté disponible como lengua de uso de sus productos y servicios, con el fin de que los ciudadanos puedan disfrutar, en esta lengua, de los beneficios que ofrezca, ahora y en el futuro, la inteligencia artificial.
Por otra parte, se ha anunciado que la Real Academia Española desarrollará, de acuerdo con las empresas firmantes de la declaración, un certificado de buen uso del español, que expedirá a petición de las empresas adheridas al programa LEIA, al que pueden sumarse otras compañías tecnológicas que así lo deseen.
(Más información en la página web: asale.org/noticias/)
El autor hispanoperuano rememora la gestación del libro que le llevó "más trabajo", que cumple 50 años
Mientras trabajaba en su novela La casa verde, Mario Vargas Llosa descubrió "algo". "Una posibilidad nueva", una técnica "capaz de entrar en la realidad por muchos niveles". Se lo cuenta a Wolfgang Luchting, su traductor al alemán, por carta el 26 de enero de 1966. Al escritor peruano se la había iluminado la bombilla con la que sabía cómo dar forma a una de sus novelas más importantes, Conversación en La Catedral, que cumple 50 años de su publicación. El experimento, "por perfeccionar mucho aún", consistía en entreverar conversaciones de distintos personajes, realizadas en diversos momentos y, a la vez, mezclarlas con los pensamientos de ellos. Un encaje de bolillos literario que exigía un esfuerzo del lector. Todo para contar el Perú de la dictadura de Manuel Odriá (1948-1956).
Sus ilusiones, pensamientos, las dificultades están en el apéndice que se ha añadido a una edición, publicada por Alfaguara, que celebra medio siglo del libro que incluía en su comienzo una de las frases más célebres de la literatura en español: "¿En qué momento se había jodido el Perú?". De todo ello ha hablado este jueves el premio Nobel con el periodista de EL PAÍS Juan Cruz en un atestado patio de la Fundación Cajasol, en Sevilla, con motivo del XVI Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española.
(Más información en: elpais.com/cultura)