Si decidimos atender a distintas mitologías y leyendas, las cuevas acostumbran a ser un espacio mágico y, por lo tanto, peligroso o crítico. En sus pasadizos de piedra oímos caer las gotas del agua subterránea como una marca del paso del tiempo que no pasa. En su galería última –más amplia, quizá con un pequeño lago o charca- bien podemos encontrarnos con un tesoro o un dragón. En cualquier caso, es muy difícil salir de estos lugares siendo la misma persona que éramos al entrar.
Las ciudades, como todo territorio mítico, tienen también sus propias cuevas de conocimiento y, al fin, alguien ha decidido adentrarse en ellas para dibujar y poner a nuestra disposición un mapa preciso de las maravillas que podemos descubrir si nos decidimos a emprender el camino.
Ana Corroto es el epicentro de esta iniciativa pionera que nos muestra la actividad, cotidiana y febril, que se produce en el interior de las librerías. Charlas, talleres, exposiciones, elementos que conforman la cultura verdadera de las ciudades. En sus salas se reúnen escritores y lectores para participar del rito ancestral de la palabra amable que pasa de boca en boca durante noches cálidas de café y vino tinto.
¿Qué deben hacer si quieren conocer LLanuras? Lo primero, lo inmediato, es visitar sin demora su página web:
En esta página podrán conocer las novedades y los eventos que acontecen en las librerías de su ciudad. Además, irán descubriendo el rostro y los intereses de autores, libreros, editores… porque la llanura es extensa y todos tienen en ella un espacio de encuentro.
Al fin, tras un año de desarrollo, Llanuras se decidió a presentarse en sociedad. El acto se celebró en la librería Alberti de Madrid. Ana Corroto, con su voz cálida e íntima, fue desgranando un proyecto abierto construido con mimo, con el cuidado delicado de los viejos artesanos, porque nace, en primera instancia, de una necesidad personal. A su lado, el poeta Abraham Gragera, premio “El ojo crítico” de 2013, el periodista Peio H. Riaño, jefe de la sección cultural del periódico “El Confidencial” y Lola Larumbe, por parte de la librería Alberti, iniciaron un diálogo sobre la actuación de las librerías como nodo físico de la cultura y la actuación de los periodistas en la difusión de la misma. Además, en el evento se inauguró la exposición “Al doblar la esquina” de la artista Bea Crespo, que presentó una serie de diez ilustraciones basadas en textos literarios.
No sabemos, no podemos saber, qué futuro le espera a este proyecto tan necesario. Por parte de la Fundación FIDESCU deseamos apoyar esta iniciativa ya que hay pocas formas mejores de incentivar la difusión de la cultura que acudir a esas grutas mágicas del conocimiento que son las librerías. Si quieren saber qué está ocurriendo en ellas, recuerden que el recorrido comienza en las LLanuras.
Francisco Miñarro.
Fundación FIDESCU