Toda crisis es una oportunidad. Esta frasecita se ha pronunciado en cada esquina de cada ciudad de occidente durante los últimos años. Y si cada crisis es una oportunidad, el sector editorial es la mayor bicoca imaginable.
Si a la gran crisis económica de los últimos años le sumamos el cataclismo que ha supuesto para el sistema clásico de edición la llegada de internet y los libros electrónicos, embarcarse en un proyecto editorial parece tan absurdo como suicida, un desastre manifiesto, a menos que tengamos lo único que puede salvarnos en una situación tan desesperada: Una buena idea. Y, sobre todas las cosas, Fotolito Books es una buena idea.
Fotolito Books está empezando a consolidarse como una de las alternativas más interesantes para conjugar la belleza del libro físico con la comodidad del libro virtual. Al fin, una editorial integra las ventajas de ambos formatos.
El cuidado en la edición, con traducciones de clásicos en las que cada giro lingüístico es peleado por una legión de traductores, unas láminas deliciosas que consiguen transmitir con precisión el mundo estético de sus autores y un diseño de conjunto innovador, permiten que cada elemento del producto sea útil y elegante.
Hasta ahora, regalar un libro digital era poco más que entregar un código a alguien. Una situación casi embarazosa que reducía el gozo de compartir un objeto bello. Y sin embargo, cada vez son más habituales los lectores digitales y cada vez menos la gente está dispuesta a transportar obras pesadas de un lado a otro. Gracias a Fotolito Books, conseguimos disfrutar de la comodidad de la obra digital y la belleza de un libro físico en una edición realizada con el mimo de un artesano (mimoso).
No sabemos qué futuro le espera a este tipo de iniciativas, pero desde la Fundación FIDESCU nos congratulamos de que surjan proyectos culturales que posibiliten nuevos escenarios para el mundo editorial en castellano.
Francisco Miñarro.
Fundación FIDESCU